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LA DIGLOSIA ASPIRACIONAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA: MOVILIDAD SOCIAL VERSUS IDENTIDAD NACIONAL

Actualizado: 30 mar

Cuando se habla de diglosia aspiracional se hace referencia a la relación entre las variedades lingüísticas de una sociedad y las aspiraciones socioeconómicas de sus hablantes. En la República Dominicana, este fenómeno se manifiesta en la marcada preferencia por el español estándar y en la valoración de ciertos dialectos y registros asociados con posiciones sociales privilegiadas.

 

Precisamente, este artículo de revisión revisa la importancia de la diglosia aspiracional en el contexto dominicano y reflexiona sobre su influencia en la identidad cultural y la movilidad social. Aquí se aborda la necesidad de comprender las implicaciones de este tema desde una perspectiva lingüística, así como su impacto en el desarrollo educativo y socioeconómico.

 

Así que, el objetivo principal de este estudio es presentar los factores históricos, sociales y económicos que intervienen en la forma en que los dominicanos perciben y utilizan su lengua, con el fin de proponer recomendaciones que fomenten el respeto a la diversidad e inclusión lingüística y cultural. 

  

El crisol lingüístico de la República Dominicana

 

Actualmente, la República Dominicana es un país donde conviven múltiples variantes del español, cada una con su propio prestigio y función social. Además, existe una clara distinción entre el habla culta, que se asocia con un mayor prestigio social, y el habla popular, que es percibida como inferior; esta diversificación se observa en la fonética, la morfosintaxis y el léxico. La lengua de las ciudades se presenta como más uniforme, mientras que el habla rural muestra más variaciones. 


La percepción de que el español dominicano es inferior a otras variantes, especialmente al español peninsular, refleja un fenómeno de inseguridad lingüística. Este sentimiento provoca que muchos dominicanos tiendan a evaluar negativamente su propio modo de hablar en comparación con el de otros países. Sin embargo, a pesar de esta inseguridad, hay un evidente orgullo y lealtad hacia el habla dominicana como un símbolo de identidad nacional. 


La diglosia en contextos como este no solo es un fenómeno de uso lingüístico, sino también un reflejo de las dinámicas de poder y de las aspiraciones de los hablantes. Como señala Bourdieu (1991): «El lenguaje es un instrumento de poder y distinción social, ya que la lengua está directamente vinculada a las jerarquías de poder que se establecen en la sociedad». Así, a lo largo de la historia, la colonización, los cambios socioeconómicos y políticos, la educación y los medios de comunicación han moldeado estas percepciones, creando un sistema en el que ciertas formas lingüísticas son consideradas con mayor estatus que otras.

 

En tal sentido, en esta media isla se observa que, desde la colonización española en el siglo XV, las ideologías lingüísticas han estado marcadas por las jerarquías sociales impuestas por los colonizadores. Sobre este particular, Ortiz (2015) argumenta que «la imposición del español como lengua única durante la colonización no solo suprimió las lenguas indígenas, sino que estableció una estructura lingüística jerárquica que favorecía el español europeo frente a las lenguas autóctonas».

 

A medida que el país evolucionó, el español estándar comenzó a asociarse con la educación, la modernidad y el progreso, mientras que los dialectos locales solían ser despreciados con frecuencia. Este sentir se ha extendido hasta nuestros días, tanto así que los dominicanos tienden a mostrar una percepción negativa hacia su español, considerándolo inferior en comparación con otras variedades, especialmente la española. Este fenómeno se vincula con la inseguridad lingüística y con un complejo de inferioridad asociado a la percepción de que el español de España representa la variedad más «correcta», «normativa» o «prestigiosa». 

 

La vinculación de ciertos dialectos con el atraso y la falta de educación, ha derivado en que las formas lingüísticas «no normativas» sean altamente estigmatizadas y hasta excluidas de la educación formal y los medios de comunicación. Esta íntima relación entre lengua y poder se evidencia a lo largo y ancho del país en políticas educativas —por supuesto, estas cuentan con la venia del Estado— que priorizan el español estándar y marginan otras formas de expresión. Tal y como destaca Ramírez (2018): «Las políticas lingüísticas modernas continúan favoreciendo el español estándar como vehículo de acceso a los recursos, mientras que los dialectos locales son ignorados».


El sistema educativo como pilar de la diglosia aspiracional

 

Cabe destacar que el sistema educativo dominicano ha jugado un papel crucial en perpetuar la diglosia aspiracional. La enseñanza se centra mayormente en un español considerado «culto», lo que crea barreras para aquellos que hablan variantes vistas como menos prestigiosas.

 

La percepción de que el acceso a mejores oportunidades laborales y sociales está vinculado con el dominio del español estándar o normativo dificulta la aceptación de las variedades locales. Según Molina (2020), esta dinámica genera un círculo vicioso: aquellos que no dominan el español estándar sienten una menor autoestima y, por ende, acceden a menos oportunidades. 

 

Medios de comunicación y representación lingüística 

 

De su lado, los medios de comunicación también contribuyen a esta noción de superioridad lingüística. Noticiarios, programas de debate, telenovelas y otros formatos se desarrollan en un español peninsular, lo que refuerza la idea de que el uso del español estándar es sinónimo de educación y éxito.

 

A juicio de Castro (2023), esto contrasta con la realidad de muchos dominicanos que consumen estos medios sin poder acceder a la misma representación y, por ende, afecta negativamente su autoestima. Esta investigadora también asegura, tras realizar un estudio al respecto, que los más jóvenes encabezan un movimiento esperanzador al mostrar más aceptación ante el uso de variantes idiomáticas en medios de comunicación modernos, tales como: el internet y las redes sociales. 

 

Movilidad social versus búsqueda identitaria

 

La aspiración a un español «correcto» se convierte en un símbolo de movilidad social. Las personas procuran mejorar su estatus social mediante la adquisición de este estándar. Esto es notorio en diversas esferas, incluyendo entrevistas laborales y ascensos en el ámbito profesional.

 

Sin dudas, se trata de una realidad que presenta todo un desafío para la identidad cultural, donde la diversidad lingüística tiene un valor intrínseco que a menudo se pasa por alto. Sin embargo, no hay que ignorar que entre los dominicanos subyace un sentido de lealtad hacia sus propias variantes a la hora de hablar, pero también un deseo de ser aceptados y reconocidos en una sociedad que valora ciertas formas comunicacionales por sobre otras.


Recomendaciones para la inclusión lingüística

 

A esta altura del partido, resulta fundamental promover una mayor valorización del español en sus diversas variantes, especialmente la del país, en su contexto educativo y social; asimismo, urge fomentar una identidad lingüística que impulse el orgullo hacia la variedad dominicana, a través de la enseñanza y el reconocimiento de sus particularidades lingüísticas. Esto ayudará a contrarrestar la percepción negativa que muchos dominicanos tienen acerca de su lengua, y a inculcar un sentido de pertenencia y aceptación de su cultura.  

Asimismo, los medios de comunicación, especialmente en programas de entretenimiento y en plataformas digitales, donde su uso es más aceptado, deben exponenciar esta variedad lingüística. Al hacerlo, no solo fortalecerían la autoestima identitaria de los hablantes dominicanos, sino también contribuirían a una apreciación generalizada de las diferencias lingüísticas que enriquecen el español.


La integración de estas variantes lingüísticas en entornos académicos y mediáticos podría redundar en una aceptación más amplia y en una reducción de la inseguridad lingüística, promoviendo así la diversidad cultural de la República Dominicana.

 

Conclusiones

 

En las consideraciones finales de este artículo destaca la problemática en la que se constituye la diglosia aspiracional en la República Dominicana, donde se privilegia el español estándar, asociado a prestigio y oportunidades sociales, en detrimento de las variantes locales. Esta dinámica genera inseguridad lingüística entre los hablantes, quienes perciben su español como inferior, especialmente en comparación con el español peninsular.

 

La historia, la educación y los medios de comunicación han perpetuado dichas creencias, creando un sistema en el que ciertas formas lingüísticas son vistas como superiores. Urge, por lo tanto, fomentar una mayor aceptación y valoración de la diversidad lingüística en el país.


Se recomienda integrar las variantes locales, tanto en el sistema educativo como en los medios de comunicación, promoviendo una identidad lingüística que celebre el orgullo de ser dominicano al hablar el español dominicano.

 

Esto no solo contribuiría a elevar la autoestima de los hablantes, sino que también fortalecería el sentido de pertenencia cultural, permitiendo un reconocimiento de la riqueza lingüística que caracteriza al país. En consecuencia, es vital fomentar el respeto y la inclusión lingüística para el desarrollo de una sociedad más equitativa y culturalmente diversa.

 

Referencias bibliográficas

 

Alba, O. (2004). Cómo hablamos los dominicanos: un enfoque sociolingüístico. Editorial Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

  

Bourdieu, P. (1991). Language and Symbolic Power. Harvard University Press.

 

Castro Danielsen, R. E. (2023). Un «chín» sobre la variedad dominicana: Estudio de actitudes lingüísticas en la variedad de República Dominicana (Tesis de maestría). Fakultet for Humaniora, samfunnsvitenskap og lærerutdanning, Institutt for språk og kultur.

  

Hernández, A. (2015). El contexto educativo y la lengua en América Latina. Bogotá: Editorial Norma. 

 

Jerez, C. (2014). Aspiraciones lingüísticas en sociedades multiculturales. Santiago: Editorial Los Andes.

 

Molina, R. (2020). Educación y aspiraciones lingüísticas en la República Dominicana. Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo. 

 

Pérez, S. (2016). La diversidad lingüística y su impacto social. México D.F.: Editorial Planeta. 

 

Ramírez, J. (2017). Lengua y poder en la República Dominicana. Santo Domingo: Ediciones del Caribe. 

 

Sánchez, F. (2018). La diglosia en América Latina: estudios de caso. Buenos Aires: Editorial Académica. 

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Autoría: Olga Agustín, M. A. | Fotografías: Freepik


 


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