LOS MANUALES DE EDUCACIÓN CÍVICA Y SU DISCURSO CONECTOR IDENTITARIO
- Olga Agustín

- 25 feb
- 14 Min. de lectura
Actualizado: 30 mar

A lo largo de la historia universal, la educación cívica ha sido un pilar esencial para formar ciudadanos conscientes, responsables y comprometidos con su nación y, por esto, en este ensayo exploraremos la relevancia de la cívica en la identidad dominicana, analizando su evolución, su inculcación a través de manuales, los desafíos que enfrenta hoy día y las oportunidades que presenta para el futuro.
Dado que la asignatura Moral y Cívica fue eliminada del currículo educativo dominicano para ser convertida en un "eje transversal" y que, por ende, esta materia tan esencial para la formación integral de nuestros estudiantes ha sido desvirtuada, la enseñanza de valores cívicos cobra más valor que nunca. Este cambio curricular, que a sus inicios se presentó como un buque insignia de modernización, ha debilitado la educación cívica y ha dejado a nuestros jóvenes sin una orientación clara en un entorno cada vez más complejo.
Bajo este contexto, un manual de civismo es una herramienta fundamental que se erige no solo para fomentar un sentido de pertenencia desde la escuela y la universidad, sino para promover valores compartidos y fortalecer los lazos sociales que unen a una nación. Un enfoque en la educación cívica no solo educa, sino que también nos empodera para ser agentes de cambio en nuestra sociedad.
En tal sentido, un ejemplo a incluir en este texto es la incidencia e importancia del manual de civismo "Prolegómenos de enseñanza cívica" en la identidad dominicanana. Así que exploraremos su contenido y estructura discursiva, su enfoque pedagógico y su relevancia en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
La cívica y la construcción de la identidad nacional
A raíz de que la identidad dominicana se construye a partir de una serie de elementos culturales, históricos y sociales que definen al pueblo —entre estos, el mestizaje, el colonialismo, las luchas por la independencia, las invasiones, el caudillismo y la globalización—, la cívica juega un papel crucial al proporcionar a las distintas generaciones de dominicanos las herramientas necesarias para comprender nuestro lugar en la sociedad y nuestro papel como ciudadanos.
Entonces, la enseñanza cívica fomenta la participación activa en la vida política, lo que es esencial en una democracia. Al educar a los ciudadanos sobre sus derechos y deberes, la cívica contribuye a crear una sociedad informada y comprometida, capaz de exigir cambios y mejoras en su entorno. Esto es particularmente relevante en un país como el nuestro, donde la historia ha estado marcada por la opresión y la falta de participación ciudadana.
Contexto histórico-social de la educación cívica en la República Dominicana
Como vemos, nuestra nación ha pasado por diversas etapas históricas que han influido en su identidad; entendiendo por tal concepto lo que atinadamente indica la catedrática y psicóloga social dominicana Josefina Záiter en su libro titulado Pensamiento social e identidad nacional dominicana (1998):
A través de la Identidad Nacional se expresa una dimensión política, sustentada en los valores que con el proyecto nacionalista se definen y consideran como propios de la Nación, lo que conforma el contexto simbólico con que se representa y proyecta la idea de Nación. Dentro del contexto simbólico tienen relevancia, para el proyecto nacional, ideas que surgen de vivencias históricamente compartidas, elementos culturales, la ubicación en un territorio, símbolos hacia los que se vinculan afectivamente (banderas, himno, emblemas... ) y todo lo que define las señas de identidad de la nación.

Desde la Colonización, el esclavismo y la Independencia, hasta las invasiones militares, los regímenes dictatoriales y la influencia de la globalización y del capitalismo, cada periodo ha dejado una huella en la conciencia colectiva de nuestra nación. En consecuencia, la educación cívica surge como respuesta a la necesidad de formar personas que comprendamos nuestros derechos y deberes; así como, de participar activamente en la vida política y social de nuestro terruño.
Cabe destacar que, durante la etapa colonial de nuestra isla, la educación estaba fuertemente influenciada por la religión católica y los valores monárquicos, pues promovía la obediencia a las autoridades y el respeto a la Corona española. Con la Independencia, la educación cívica comenzó a hacer énfasis en el nacionalismo y el patriotismo, buscando fomentar la participación ciudadana y el compromiso con la construcción de un Estado independiente y democrático.
En el siglo XX, la educación cívica experimentó algunos cambios: como en el caso de la dictadura de Rafael L. Trujillo Molina, donde abundaba la propaganda política que exaltaba la figura del dictador. Con el ajusticiamiento del sátapra, la educación cívica se orientó hacia la promoción de los valores democráticos, los derechos humanos y la participación ciudadana, buscando superar el legado autoritario y construir una sociedad más justa y equitativa.
Sin embargo, décadas más tarde, la enseñanza de Moral y Cívica, como materia obligatoria en las escuelas dominicanas, fue sufriendo un largo proceso de degradación hasta llegar a su total desnaturalización como asignatura. Sobre este particular, así se expresó el catedrático y poeta dominicano Rafael Nino Féliz en uno de sus artículos publicados en el periódico Acento (2024):
El tiro de gracia se le dio a la asignatura o materia Moral y Cívica, en el programa de enseñanza, cuando se eliminó del currículo de la educación dominicana y la colocaron en lo que elegantemente se denominó como un eje transversal de todo el que hacer pedagógico en el programa curricular del sistema educativo dominicano. La materia Moral y Cívica murió de transversalización educativa.
La afirmación de que la asignatura Moral y Cívica ha sido relegada a un "eje transversal" en el currículo educativo dominicano debe resonar profundamente en nuestra reflexión sobre la educación en la República Dominicanan. Esta transformación, que podría parecer un intento de revolucionar la enseñanza, en realidad ha resultado en la desnaturalización de una materia fundamental para la formación integral de los estudiantes. Su eliminación como tal ha derivado en una pérdida de enfoque en los valores cívicos y éticos, esenciales para el desarrollo de una ciudadanía responsable y comprometida.
Este es, precisamente, el contexto que nos mueve a escribir el presente ensayo, pues la educación no solo debe transmitir conocimientos académicos, sino también formar individuos con principios sólidos y una conciencia cívica activa. La "transversalización" de la materia Moral y Cívica, lejos de enriquecer el aprendizaje, ha diluido su importancia y ha dejado a los estudiantes sin una guía clara sobre cómo navegar en un mundo cada vez más complejo y desafiante.
Al abordar este tema, buscamos resaltar la necesidad de revalorizar la educación cívica en nuestras aulas, no solo como un contenido más, sino como un pilar fundamental que debe ser enseñado de manera explícita y con la seriedad que merece.
La evolución de los manuales de civismo en la República Dominicana

En cuanto a los manuales de civismo, estos han experimentado una evolución significativa a lo largo de la historia de la República Dominicana, reflejando los cambios políticos, sociales y culturales del país.
Desde su inicio en el periodo colonial, donde se enfatizaba la obediencia y el respeto a la autoridad, hasta la actualidad, donde se busca promover la participación ciudadana y los derechos humanos, estos compendios han adaptado sus contenidos y enfoques a las distintas épocas; a saber:
Período colonial y primeras décadas de la República
· Énfasis en la religión y la monarquía: durante la época colonial, los manuales de civismo estaban fuertemente influenciados por la religión católica y por los valores monárquicos. Se promovía la obediencia a las autoridades, el respeto a la Iglesia y la defensa de los intereses de la Corona española.
· Limitada difusión: la educación era restringida a una minoría privilegiada, por lo que la difusión de estos manuales era limitada.
Siglo XIX: consolidación de la República
· Nacionalismo y patriotismo: Con la Independencia, los manuales de civismo comenzaron a enfatizar los valores del nacionalismo y el patriotismo, ensalzando la figura de los héroes nacionales y los hechos históricos que habían llevado a la formación de la nación dominicana.
Promoción de la ciudadanía: Se buscaba fomentar la participación ciudadana y el compromiso con la construcción de un Estado independiente y democrático.
Siglo XX: diversidad de enfoques
· Época de Trujillo: durante la dictadura de Rafael Trujillo, los manuales de civismo se utilizaron como herramientas de propaganda política, exaltando la figura del dictador y promoviendo un culto a su personalidad.
· Posdictadura: con la caída de la dictadura, los manuales de civismo se orientaron hacia la promoción de los valores democráticos, los derechos humanos y la participación ciudadana. Se buscaba superar el legado autoritario y construir una sociedad más justa y equitativa.
Siglo XXI: nuevos desafíos
En el siglo actual, el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD) ha implementado programas que incluyen manuales de cívica y ética en el currículo escolar. Estos buscan educar a los estudiantes sobre sus derechos y deberes como ciudadanos, a pesar de la transversalidad de la materia Moral y Cívica; así como, fomentar la convivencia pacífica y el respeto por la diversidad.
Entre algunos de los títulos de los manuales de civismo que se conocen actualmente en la República Dominicana están los siguientes: Manual de ética ciudadana, educación moral y cívica: 1ero., 2do., 3ro. y 4to del nivel medio y Manual de ética ciudadana, educación moral y cívica: 6to., 7mo., 3ro. y 8vo. del nivel básico, ambos escritos en Santo Domingo (durante el 2003) y distribuidos por la Procuraduría General de la República.
No obstante, estos manuales de civismo deben adaptarse a los desafíos de la globalización, promoviendo la interculturalidad, el respeto a la diversidad y la ciudadanía global. Asimismo, la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación son aspectos a considerar, pues resulta trascendental redactar estos compendios de un modo más atractivo y relevante para nuestras nuevas generaciones.
Y ni qué decir del escollo que deben saltar ante la falta de voluntad y de políticas públicas de cara a la otrora materia conocida como Moral y Cívica…
El manual de civismo "Prolegómenos de enseñanza cívica", como herramienta esencial de la formación ciudadana dominicana
Uno de los textos más relevantes en la educación cívica dominicana es "Prolegómenos de Enseñanza Cívica" de Luis Conrado del Castillo, quien fue un destacado pensador dominicano del siglo XIX. Aunque él vivió en un tiempo de mucha inestabilidad política en nuestro país, escribió sobre temas, tales como: la economía, la ética y la sociedad. Y, a pesar de que no escribió mucho, sus ideas tuvieron un gran impacto.
Del Castillo creía que la educación era fundamental para mejorar la situación de la República Dominicana. Pensaba que la gente necesitaba aprender no solo sobre historia y geografía, sino también sobre cómo funciona la economía y la política. De esta manera, entendía que los ciudadanos podríamos participar de manera más activa en la vida pública y tomar mejores decisiones.
Una de las ideas más importantes de este autor era la necesidad de formar partidos políticos basados en principios sólidos. Tenía fe en que estos partidos podrían ayudar a mejorar el sistema político de nuestra nación y a construir una democracia más fuerte.
Así que, este manual es uno de los legados más importantes de este intelectual y se erige como un apoyo esencial para la formación de ciudadanos conscientes y comprometidos con nuestro país. Su contenido aborda temas fundamentales, tales como: la noción de nación, los derechos y deberes ciudadanos, la estructura del Gobierno y la importancia del patriotismo.
Cabe destacar que el enfoque pedagógico de esta obra es accesible y comprensible, permitiendo que los lectores de diferentes niveles educativos asimilen los conceptos presentados. Uno de los aspectos más relevantes es la relación entre derechos y deberes al enfatizar que la ciudadanía no solo implica gozar de derechos, sino también cumplir con responsabilidades hacia la sociedad. Este enfoque integral es crucial para formar ciudadanos comprometidos que entendamos que nuestro empoderamiento es esencial para el bienestar colectivo.

Además, "Prolegómenos de Enseñanza Cívica" incluye referencias a figuras históricas dominicanas y eventos significativos, lo cual contribuye a fortalecer la identidad nacional. Por lo que, al conocer la historia, los dominicanos podemos desarrollar un sentido de pertenencia y orgullo por nuestro país, los cuales son elementos identItarios vitales.
Del manual de Luis del Castillo se pueden extraer los siguientes puntos clave que destacan la importancia de la cívica en la formación de la identidad nacional dominicana:
· Conocimiento de derechos y deberes. Este enfoque no solo educa a los ciudadanos sobre qué podemos exigir del Estado, sino también sobre lo que debemos aportar a la sociedad. Se trata de un equilibrio esencial para fomentar un sentido de responsabilidad y pertenencia, elementos que son cruciales para la cohesión social y la identidad nacional.
· Historia y cultura nacional. Esto crea un vínculo inexorable que ayuda a comprender el contexto nacional. Al aprender sobre figuras históricas y eventos significativos, los jóvenes ―y todos los interesados en el tema― pueden cultivar un patriotismo informado y comprometido; así como, una memoria colectiva que contribuye a forjar la identidad nacional.
· Formación de ciudadanos activos. La educación cívica fomenta la participación en la vida política y social, lo que es esencial para el funcionamiento de una democracia. Al involucrarnos en procesos electorales y en la toma de decisiones comunitarias, los ciudadanos no solo ejercemos nuestros derechos, sino que contribuimos a construir una identidad colectiva.
· Valores de solidaridad y respeto. Estos son esenciales para la convivencia pacífica en una sociedad diversa. Al inculcar estos principios, la educación cívica ayuda a construir una identidad nacional que sea inclusiva y respetuosa de las diferencias, lo que es particularmente relevante en un país con una rica diversidad cultural, como la República Dominicana.
· Resiliencia ante desafíos. La cívica también prepara a los ciudadanos para que enfrentemos desafíos sociales y políticos. Al entender nuestros derechos y deberes, así como la importancia de la participación activa, los dominicanos podemos resistir la opresión y trabajar hacia un futuro más justo y equitativo. Esta resiliencia es un componente clave de una identidad nacional fuerte y comprometida.
· Unificación de valores y símbolos nacionales. Los manuales de civismo han contribuido a consolidar una serie de valores y símbolos que identifican a la nación dominicana. Estos incluyen el respeto a la bandera, el himno nacional, los héroes nacionales; así como, conceptos como la patria, la democracia y la soberanía. De este modo, se fomenta un sentido de pertenencia y cohesión nacional.
· Promoción de valores cívicos y morales. Los manuales de civismo han sido utilizados para inculcar en los ciudadanos: la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad y el cumplimiento de las leyes. Los mismos han sido presentados como fundamentales para la convivencia en sociedad y para el desarrollo de una nación democrática.
· Adaptación a los contextos históricos y políticos. Los manuales de civismo no han sido estáticos, sino que han evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a los cambios histórico-políticos que ha experimentado la República Dominicana. Por ejemplo, durante los períodos de dictadura, los manuales se utilizaron para promover la ideología del régimen, mientras que en períodos democráticos se han enfatizado los valores de la participación ciudadana y el respeto a los derechos humanos.
· Fortalecimiento del sentido de pertenencia. Un manual de civismo puede resaltar los elementos que hacen única a la identidad dominicana, como la historia, la cultura, el patrimonio y los símbolos nacionales. Al conocer y valorar estos elementos, los ciudadanos podemos sentirnos más conectados con nuestro país y desarrollar un mayor sentido de orgullo nacional.
· Promoción de la participación ciudadana. Este tipo de documentos puede fomentar la participación activa de los ciudadanos en la vida política y social del país. Al informar a los ciudadanos sobre sus derechos y deberes, y al promover el ejercicio de la ciudadanía, se contribuye a fortalecer la democracia y a construir una mejor sociedad.
· Fomento del diálogo y la convivencia. Un manual de civismo puede promover el ambos aspectos entre los diferentes grupos sociales que conforman la sociedad dominicana. Al resaltar los valores de la tolerancia y el respeto por la diversidad, se contribuye a superar las divisiones y a construir una sociedad más inclusiva.
Desafíos, críticas y oportunidades de la implementación de la educación cívica
A pesar de la importancia de los manuales de civismo en nuestras escuelas, colegios y universidades, su implementación enfrenta diversos desafíos. La falta de recursos, la escasa
formación de docentes en temas cívicos, las desatinadas políticas públicas en materia curricular y la desmotivación de los estudiantes, son algunos de los obstáculos que deben superarse.
De igual modo, está la fragmentación de la identidad nacional, ya que la globalización, la migración y la diversidad cultural han hecho más difícil construir un relato único y compartido. El cambio de paradigmas educativos también juega su rol, dado que los métodos tradicionales de enseñanza, basados en la memorización y la transmisión de conocimientos, están siendo cuestionados frente a enfoques más participativos y centrados en competencias. Por añadidura, está la proliferación de fuentes de información, pues conlleva a que los jóvenes sean más críticos y exigentes, cuestionando verdades absolutas y narrativas oficiales.
De igual manera, encontramos la evolución de los valores y las normas sociales, lo que plantea un desafío para mantener los contenidos de los manuales de civismo actualizados y relevantes; y la polarización política y social, ya que dificulta la construcción de consensos en torno a los valores cívicos y democráticos.
Asimismo, es importante señalar que los manuales de civismo han sido objeto de críticas, tales como: la homogeneización de las diversas identidades que coexisten en el país, marginando las voces y experiencias de grupos minoritarios; la manipulación ideológica, pues, en algunos casos, los manuales de civismo han sido utilizados como instrumentos de propaganda política, transmitiendo una visión parcial y sesgada de la historia y la realidad nacional; y la desconexión con la realidad por los contenidos, lo que limita la capacidad para generar un verdadero compromiso cívico.

Aunque existen desafíos en la educación cívica dominicana, hay oportunidades para fortalecerla. La incorporación de tecnologías educativas y la promoción de actividades extracurriculares relacionadas con la ciudadanía pueden enriquecer significativamente el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, la colaboración entre instituciones educativas, organizaciones no gubernamentales y el Gobierno es fundamental para generar un impacto positivo en la formación cívica de las nuevas generaciones.
Sumado a eso, es necesario implementar estrategias que fomenten una ciudadanía activa y comprometida. Por un lado, es crucial fortalecer los valores cívicos en las escuelas, promoviendo la participación estudiantil en actividades que les permitan desarrollar habilidades de liderazgo, trabajo en equipo y resolución de conflictos. Por otro lado, es fundamental involucrar a las comunidades en la educación cívica, creando espacios de diálogo y participación ciudadana que permitan abordar los problemas locales de manera conjunta.
Contar con el apoyo de las políticas públicas para fortalecer la educación cívica es indispensable. Esto implica una inversión adecuada en recursos educativos, la formación continua de los docentes en temas relacionados con la ciudadanía y la elaboración de currículos que promuevan el desarrollo de competencias cívicas. De la misma manera, es necesario garantizar la participación de diversos actores sociales en la toma de decisiones relacionadas con la educación, asegurando así que las políticas educativas respondan a las necesidades y demandas de la sociedad.
Conclusión
Como vimos, la educación cívica constituye un pilar fundamental en la construcción de la identidad nacional dominicana. A través de esta, los ciudadanos adquirimos un sentido de pertenencia, responsabilidad y compromiso con nuestro país; además, nos tornamos más activos, conscientes y capaces de enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
Por lo anteriormente expuesto, no solo la formación en este sentido es crucial para el futuro de nuestra sociedad, sino el hecho de que se restituya la materia Moral y Cívica en el currículo educativo dominicano, asegurando así que las nuevas generaciones estén lo suficientemente equipadas como para enfrentar los retos del presente y del futuro, con ética y responsabilidad.
En lo que se materializa dicha necesidad curricular, un manual de civismo bien diseñado puede ser una herramienta alternativa e invaluable para apoyar el proceso educativo en las escuelas y universidades. Al transmitir valores y principios fundamentales, fortalecer el sentido de pertenencia, promover la participación ciudadana y fomentar el diálogo y la convivencia, estos materiales contribuyen significativamente a la construcción de una identidad nacional sólida y cohesionada. Sin embargo, es importante reconocer que la efectividad de un manual de civismo depende de diversos factores, como la calidad de su contenido, la forma en que se implementa en el sistema educativo y el contexto social en el que se utiliza.
En este sentido, el manual de civismo de Luis G. del Castillo representa un ejemplo destacado de cómo estos materiales pueden contribuir a la formación de ciudadanos comprometidos con nuestro país. Su enfoque integral y su contenido relevante lo convierten en un valioso apoyo para la construcción de una identidad nacional basada en el conocimiento de los derechos y deberes ciudadanos.
La implementación efectiva de este tipo de materiales educativos es trascendental para garantizar el desarrollo de una ciudadanía activa y participativa. A medida que la sociedad dominicana avanza hacia un futuro más democrático, la educación cívica se posiciona como un elemento esencial para empoderar a las nuevas generaciones y fomentar una sociedad más justa y equitativa.
Por ende, los manuales de civismo han sido y seguirán siendo poderosos aliados en la construcción de la identidad nacional. Empero, es vital analizar críticamente su contenido y función para comprender cómo han moldeado nuestra percepción de la nación y cómo pueden ser utilizados de manera más efectiva en el contexto actual.
Referencias bibliográficas
Castillo, L. G. del. (2005). Prolegómenos de enseñanza cívica (2. ed.). Santo Domingo: Imp. de J.R. Vda. García.
Franco Pichardo, F. (2001). El pensamiento dominicano: 1780-1940. Contribución a su estudio (Colección Historia y Sociedad #96). Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Nino Féliz, R. (2024, 30 de octubre). La crisis de la sociedad y la educación moral y cívica. Acento. https://acento.com.do/opinion/la-crisis-de-la-sociedad-y-la-educacion-moral-y-civica-9286500.html
Sánchez Valverde, A. (1775). Del valor y utilidades de la Isla Española. Imprenta de Don Pedro M.
Zaiter, J. (1998). Pensamiento social e identidad nacional dominicana. Centro Cultural Poveda, República Dominicana.
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Autoría: Olga Agustín, M. A. | Fotografías: Freepik


Este artículo me resultó muy interesante, ya que es un tema que nos concierne, de manera muy particular, a los dominicanos.